Nuestro lugar de trabajo, llámese oficina o simplemente un escritorio donde podamos llevar a cabo nuestras labores se vuelve tan complicado que no sabemos que debemos hacer con lo que tenemos ahí, si mover, quitar, levantar, limpiar o tirar, pero a veces es tan sencillo como empezar desde cero.
El caso que se presenta aquí es el de un lector de LifeHacker, cuyo nick es The Real Klamer, tenía la intención de usar ese pequeño espacio en su casa para hacer una oficina en casa, sólo que era un desastre.
Al darse cuenta del problema, pintaron las paredes, compraron algunas persianas nuevas, y luego consideró cuidadosamente lo que quería en el espacio antes de permitir que volviera algo de lo que ya había quitado. Ahora su oficina en casa tiene un toque suave y discreto.
[LifeHacker vía The Real Klamer]
0 comentarios:
Publicar un comentario