Llegó la empresa Illusion con su videojuego japonés llamado Rapelay (“rape” en inglés significa violación) donde el objetivo consiste en violar a la mayor cantidad de mujeres posible, entre ellas una colegiala y una niña de diez años.
El acto de violación puede cometerse en un subte, un tren o un parque y, si logra avanzar en niveles, hasta las debe obligar a abortar para luego convertirlas en sus esclavas sexuales. Cuanto más números de ataques y abusos virtuales cometa, mejora el nivel del jugador.
Desde el 2006, la empresa japonesa Illusion vende la serie de juegos llamada Rapelay, donde el protagonista es un reo fugado de la cárcel, y debe cumplir su perversa misión.
La empresa se justifica diciendo que dicho juego está destinado al público adulto, como Battle Raper, donde las peleas en 3D incluyen desnudar, amarrar y a veces forzar relaciones sexuales con personajes femeninos.
El mundo del videojuego siempre se destacó por representar guerras o peleas (con asesinatos sangrientos incluidos), sumado al ya popular GTA donde el objetivo del juego es robar y matar. Algunos aseguran que el público adulto no debe recibir la prohibición al igual que los niños, pero tomar ciertos actos como naturales tampoco está bien.
La empresa aseguraba que sólo se vendía en el país, pero copias ilegales del programa se pueden bajar por Internet y están al alcance de todos, incluidos los pequeños. Su existencia generó indignación en todo el mundo y su alcance también: autoridades de San Pablo acaban de denunciar que se está vendiendo en las calles de esa ciudad brasileña.
¿Pero realmente estos juegos incitan a violar?
Como sitio web Sankaku señala, Japón tiene una muy baja tasa de delincuencia sexual:
Naciones Unidas Violación Tasas por 100.000
Canada: 78.08
Australia: 77.79
USA: 32.05
Suecia: 24,47
Reino Unido: 16,23
Francia: 14,36
Corea del Sur: 12,98
Alemania: 9,12
Rusia: 4,78
Taiwán: 4.08
Japón: 1,78
Datos por Kotaku
Todo ésto me recordó, a la vez que le leí que autoridades de Estados Unidos decían que gente adulta que jugará Animal Crossing tenía tendencia a la pedofilia. Además de que el juego se podía prestar a tener contacto con gente que ni se conoce y que se podía lograr sacar información de la otra persona acerca de su domicilio, etc.
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